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"Espacio"
La adecuación e interrelación del proyecto con el emplazamiento y el público.

En un proyecto como “Tándem”, se habrá apreciado ya, que nada es casual o aleatorio. Es por ello, que la elección espacial en esta obra es algo fundamental, ya que la instalación crea un diálogo con el emplazamiento, creando el conjunto final que es la obra. Y, dado que el papel del espacio juega un papel esencial dentro del discurso, deberemos recalcar los dos elementos característicos que nos llevan a la elección de los mismos. 

 

El primero de los condicionantes que define a esta obra es que tiene un carácter “itinerante”, en relación directa con la metáfora que es la modernidad líquida. Bauman, en su libro, afirmaba: “En lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo.” 

 

Es por ello, que una obra como esta, en que su esencia reside precisamente en este concepto, no podía ser un elemento sólido, fijado a un mismo emplazamiento para toda la vida. El proyecto, como un elemento vivo, deberá pues, volar, fluir, desplazarse y, sobre todo, evolucionar. Para poder llegar así, al mayor número de personas, y para lanzar consigo esa misma pregunta de la que hablábamos al comienzo de este escrito. Como Bauman con su libro. 

 

Dada la primera premisa, debemos hablar ahora de los emplazamientos que se elegirán para su exhibición. Los cuáles tampoco serán aleatorios. La otra característica principal que compone el discurso de esta obra es la elección de “no lugares” como representante del espacio físico donde habita la sociedad líquida. Son emblemáticos de la modernidad líquida, caracterizada por la movilidad, la globalización y la fragmentación de las relaciones sociales.

 

Y, ¿qué es un “no lugar”?  Es aquí donde debemos hablar del escritor Marc Augé (1935-2023), antropólogo y etnólogo francés, que acuña el término “no-lugar”. Este concepto se refiere a espacios o lugares que carecen de significado social o emocional, donde las personas son anónimas y las interacciones son transitorias y superficiales. Estos lugares suelen ser impersonales, como aeropuertos, estaciones de tren, autopistas, centros comerciales u hoteles, entre otros. En ellos, las personas están de paso y no establecen relaciones significativas con el entorno ni con los demás, lo que genera una sensación de alienación y desconexión.

 

Es decir, la obra se emplazará en este tipo de espacios ambiguos alrededor del mundo, en su mayoría dedicados al comercio o de carácter transitorio, como centros comerciales o aeropuertos. Esta elección espacial dentro de los no lugares tampoco es casual, ya que guardan una estética, en su mayoría, contemporánea. Con amplios espacios que puedan albergar la instalación, y en ocasiones, con una galería superior que ofrece una vista cenital y de conjunto de la obra.

 

Por otro lado, es muy interesante pensar que esta misma estética de espacios como centros comerciales crea una visión de conjunto con el resultado final de la obra. Ya que, veremos más tarde, la elección de materiales es un elemento fundamental de la obra. Utilizando metales pulidos, o la propia tecnología para acercarnos al lenguaje contemporáneo de nuestro siglo. 

 

Otra característica que los hacen idóneos es la gran afluencia de personas que los transitan, llegando así a un mayor número de público. De este modo, un espacio dedicado a meras transacciones se resignificaría de manera radical, ofreciendo una experiencia inmersiva de la cuál, esperamos cree sensaciones en las personas y que haga que se replanteen aspectos que la vida moderna que, en lo cotidiano, normalmente, no florecen en nuestro subconsciente.

 

En nuestro caso, la primera elección para la exhibición de la obra será en la plaza central del centro comercial Nervión Plaza, en Sevilla. Que alberga las cualidades esenciales de las dos premisas que enumeramos anteriormente. Es un “no lugar” dedicado al comercio, de carácter transitorio y de estilo contemporáneo. Con un espacio circular, que se adecúa a la perfección a la planta del laberinto, también circular. Y, que, además, tiene una galería superior en la cual los espectadores, obtienen otra visión, no tan inmersiva, para los menos atrevidos. Haciendo así, que el mensaje llegue por todas las vías posibles, que, en última instancia, es el objetivo final de la obra.

 

Cabe recalcar, que, además, este es un espacio público que forma parte del entorno del centro comercial, pero no está regido por el mismo. Es la administración local, así como las entidades municipales que gestionan y asumen el correcto mantenimiento de este espacio.

PAULA PALACIOS JIMÉNEZ. ARTE PÚBLICO. BELLAS ARTES. UNIVERISDAD DE SEVILLA. 2024.

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