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"Formalidades"
Aspecto formal de la propuesta. Materiales, escala, estética.

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El aspecto formal y estético de esta propuesta artística se basa en su capacidad para reflejar y representar visualmente los aspectos clave del discurso, utilizando materiales contemporáneos como el lenguaje proprio que tiene la modernidad líquida contemporánea para expresarse. Jugando con metáforas visuales que expliquen conceptos como la fluidez, la disolución de la identidad, la interactividad, la tecnología y la conectividad.

 

La instalación tendría, de base, una planta de alrededor con un diámetro de entre 50 a 70 metros cuadrados, y digo esto, ya que, al ser una obra itinerante, las dimensiones podrían verse afectadas dependiendo del emplazamiento al que fuera dirigido. El número de paredes del laberinto se podría reducir en algunos casos para que se adaptara al espacio, sin que se viera afectado el conjunto, haciéndola de nuevo, una instalación que fluye y se transforma

 

Teniendo en cuenta varios aspectos: la plaza del centro comercial de Nervión Plaza, donde se dará la primera ubicación expositiva tiene 8.000 metros cuadrados. Un laberinto circular generalmente ocupa una porción significativa del área disponible en la plaza (supongamos que el 60-70% del área total de la plaza). Nuestra primera instalación, entonces, contará con un perímetro total de alrededor de 2800 m cuadrados, para no afectar a la correcta viabilidad de las personas en su conjunto y que respete las medidas de seguridad.

 

“El laberinto”

 

Para la construcción del laberinto, se empleará un material conocido como “Stainless Steel AISI 430, AISI 304, AISI 316, AISI 316L, AISI 2205, AISI 316Ti”, que es, en concreto, un tipo de acero inoxidable pulido resistente y duradero. El conjunto total se compondrá de un total de entre 12 a 18 paredes de 2 metros de ancho x 3 metros de alto x 0,25 de espesor. 

 

Además, se ha elegido este material y no otro dado que ofrece cualidades que se adaptan a la perfección al proyecto, como claridad, nitidez de la reflexión y precisión en la reproducción de imágenes. A la par que es un producto resistente, es también maleable y puede ser adaptado a las necesidades de la obra. Con una capacidad de dimensiones de: Espesor: máximo 3 m | Ancho: máximo 40 m | Longitud: máximo 160 m. 

 

En adición a estas cualidades formales, debemos destacar la elección de este material por su simbología dentro de la obra la cual es simbolizar la naturaleza fluida y cambiante de la modernidad líquida, reflejando la multiplicidad de identidades y perspectivas en la sociedad contemporánea. Dicha distorsión provocada por los reflejos en los espejos también representa, en este caso, la fragmentación de la realidad y la percepción en un mundo saturado de información y estímulos visuales.

 

“El oasis”

 

Tras atravesar el laberinto de espejos, el espectador llegaría a una zona central, el culmen de la obra, que alberga el reto final de la experiencia, y que tiene por diámetro un total de 5 metros. Una bicicleta de tándem en el medio del espacio, y unas pantallas LED circulares (de 2 a 3 metros de alto desde el suelo, que marquen el perímetro del espacio circular) serán expuestas a modo de invitación al utilizo. Solo con la sinergia entre la energía confluente de dos entes en conjunto y la tecnología que conecta la bicicleta a las pantallas activará el mecanismo, que dará inicio a la reproducción audiovisual que se proyectará en las pantallas.

 

La presencia de la bicicleta de tándem como mecanismo para encender las pantallas LED fomenta la participación activa y la interactividad del espectador en la obra. Esta interactividad refleja la importancia de la participación y la colaboración en la sociedad contemporánea, así como la idea de que el individuo tiene un papel activo en la creación y la interpretación del mundo que lo rodea. Además de ser un elemento analógico dentro de un mundo visual contemporáneo, que nos invita a retroceder un poco a un pasado más social y de comunidad.

 

Por otro lado, las pantallas LED en el centro del espacio circular harían mención a la omnipresencia tecnológica en la vida cotidiana y su papel en la creación de una realidad virtual o aumentada, aún más cuando el elemento representado es la naturaleza, el origen de todo, el punto de partida, del cual nos alejamos cada vez más como ser humano moderno. La presencia de la bicicleta como medio para activar las pantallas también simbolizaría así la relación entre la tecnología y la movilidad en un mundo cada vez más conectado e interconectado.

 

“Sonido y audio”

 

En adición a lo ya descrito, no podemos olvidar la parte auditiva, que hace que la experiencia haga al espectador, aún más, sumergirse en este mar líquido de reflejos y luces cegadoras, creando un conjunto único, un todo. Es por ello, que, mientras que se transita el laberinto, mediante altavoces, se reproducirán voces superpuestas del mundo. Teniendo en cuenta que en el momento que se active el mecanismo “tándem” estas voces cesarán, y pasará a escucharse la propia naturaleza reproducida por las pantallas, afectando al conjunto total y creando más desconcierto si cabe en los espectadores que transitan el laberinto. Una alegoría que viene a narrarnos que, en un mar líquido social, cada gota cuenta, y, precisamente el cambio comienza con la sinergia de dos gotas en movimiento, que afectará sin precedentes a océanos enteros, callando así a Babel. 

Materiales

PAULA PALACIOS JIMÉNEZ. ARTE PÚBLICO. BELLAS ARTES. UNIVERISDAD DE SEVILLA. 2024.

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